En la actualidad se hace cada vez más necesario fortalecer o retomar la educación en valores, hoy en día vemos a los chicos menos “respetuosos” que cuando nosotros, los padres de familia, éramos jóvenes.
La realidad es que no se trata sólo de que los medios de comunicación y la sociedad misma tenga la “culpa” de que se esté viviendo esto, sino que también nosotros nos enfrentamos a la difícil tarea de educar los valores, buscando siempre que los niños crezcan con una correcta “autoestima” y cariño familiar.
Es importante que nos demos cuenta que poner límites a nuestros hijos y educarlos en valores, no resta amor y mucho menos daña su autoestima, al contrario, al hacerlo estamos formando personas seguras y felices, ya que tienen la capacidad de conducirse de manera correcta y de relacionarse adecuadamente con los demás.
David Isaacs, menciona las siguientes virtudes que los niños y jóvenes deben ir desarrollando según su etapa de vida:
● Hasta los 7 años: orden, sinceridad, obediencia y justicia.
● De los 8 a los 12 años: generosidad, justicia, responsabilidad, paciencia,
laboriosidad, perseverancia, fortaleza y caridad.
● De los 13 a los 15: patriotismo, sencillez, respeto, amistad, sociabilidad, sobriedad, pudor, templanza y fe.
● De los 16 a los 18: optimismo, humildad, audacia, lealtad, comprensión, flexibilidad, prudencia y esperanza.
Es de suma importancia recordar que el lugar en el que se aprenden estas virtudes es en casa, dentro de la familia, es tarea de nosotros como padres formar a nuestros hijos con estas virtudes.
Entonces ya tenemos la tarea, propiciemos momentos en los cuales nuestros hijos puedan poner en práctica dichas virtudes, basemos nuestras reglas familiares en los valores que queremos que sean parte de sus vidas y no limitemos su capacidad de hacer las cosas, ellos pueden y lo van hacer correctamente.
