Cuando era niña y escuche el cuento de Alí Babá y los 40 ladrones me llamó mucho la atención que había 2 palabras que habrían la cueva donde se encontraban los grandes tesoros, no sé si ustedes las recuerden, las palabras eran “ábrete sésamo” y “ciérrate sésamo”. Varios años después me pregunté si habría algunas palabras mágicas que pudieran abrir los corazones de los miembros en una familia, pues hace poco el Papá Francisco en una de sus homilías habló sobre estas palabras mágicas y el mencionó 3 palabras (yo añadiría una cuarta) estas palabras son: perdón, permiso, gracias y por favor.

Vamos entonces a platicar sobre cada una de estas palabras mágicas y el efecto que tienen sobre los corazones de las familias, pero antes de hablar de estas palabras déjenme decirles que es importante que se reúna un requisito para que realmente sean mágicas, el requisito es: deben salir del corazón con intención de conectar con el otro, no deben agotarse en un mero acto de buena educación; cuántas veces conocemos personas que son sumamente educadas pero tienen un corazón árido en el que no caben los demás.

El único requisito para volver mágicas las palabras es que deben salir del corazón con intención de conectar con el otro

Norma Revilla

Pues bueno, vamos con la primera palabra: Permiso. Esta palabra tiene que ver con respeto, respeto a tu privacidad, respeto a tus cosas, una actitud no invasora, respeto a las características de cada miembro de la familia, aquí irían preguntas: ¿puedo entrar a tu cuarto?, ¿está bien el volumen de mi aparato?, etc.

La segunda palabra: Gracias. Tiene que ver con gratitud, no debemos dar por sentado que por la confianza que hay en los miembros de la familia no debemos de agradecer las ayudas entre los miembros, lo mismo si hay ayuda domestica dar gracias cuando mamá nos lleve en la mañana al colegio, un papá que llega cansado del trabajo, dar las gracias si un hermano nos acerca algún vaso con agua o nos ayuda a hacer la tarea, tiene que ver siempre con esta virtud tan hermosa de ver el vaso medio lleno y no medio vacío.

La tercera palabra: Por favor. Tiene que ver con generar un ambiente de amabilidad y de delicadeza, no es lo mismo pedir las cosas que ordenarlas, el utilizar esta palabra va generar un muy bonito ambiente dentro de la familia.

Y la última palabra: Perdón. Es quizás la más difícil de pronunciar de las 4 y tiene que ver con la humildad ser capaces de reconocer que hemos cometido errores, que tuvimos un mal día y no dimos la mejor contestación.

Cuando faltan estas palabras se quedan grietas abiertas en la familia que hacen que cada vez la distancia entre los miembros sea mayor, es importante restituir lo quitado tal vez sea tiempo, espacio, sinceridad, esfuerzo.

*Bueno pues, los quiero invitar a que vivan en familia este reto, a que utilicen estas palabras y a que vean los milagros que ocurren en su hogar, también les quiero dar las gracias por escucharme y ojalá yo también pueda entrar en sus corazones.

Family Coaching
Pequeñas reflexiones para grandes familias