La gratitud es más que una emoción, es la tendencia a ver lo bueno que nos trae la vida. A menudo, damos por sentado las cosas buenas que tenemos y nos centramos más en las que no tenemos o en las cosas malas que nos suceden y lo mucho que deseamos librarnos de ellas. Por lo tanto, es una virtud que debe ser aprendida y cultivada.
Hay muchos estudios científicos que demuestran que una persona agradecida es más feliz. Son muchos los efectos que se producen al expresar gratitud:
- Disfrutamos hasta los pequeños detalles que nos suceden en el día a día
- Se incrementa nuestro comportamiento ético
- Ayuda a construir vínculos con los demás
- Ayuda a afrontar el estrés, traumas y adversidad
- Nos ayuda a adaptarnos a diversas circunstancias
- Ayuda a combatir las emociones negativas
Para incrementar nuestra gratitud, te presento algunas cosas que puedes hacer y enseñárselas a tus hijos:
- Antes de dormir, escribe en una libreta tres cosas positivas que te pasaron en el día y por las cuales debes estar agradecido(a).
- Escribe una carta de gratitud a una persona a la que le estés agradecido(a) por algo. No es necesario que envíes la carta, aunque enviarla o dársela a la persona implicada puede generar muchos efectos positivos.
- Expresa gratitud a los demás cuando tengan contigo algún detalle, por lo que hacen por tí, por el efecto que tienen en tu vida.
- Da gracias a Dios por los alimentos que se reciben en la comida.
- Propónte prestar más atención a cualquier momento de tu vida por el que puedes expresar gratitud.
- Acostúmbrate a disfrutar los diferentes climas de tu región, días soleados, nublados, lluviosos, días calurosos o fríos. Todos tienen su propia belleza.
Si desarrollas esta virtud serás más feliz, te sentirás mejor contigo mismo(a), con los demás y con el mundo a tu alrededor. Y por cierto ¡¡Muchas gracias por leer este artículo!!